Expliqué aquí el mecanismo de acción de la pastilla del día después, aquí el mal uso de los anticoncetivos orales en general, por lo que cuando he leído esta noticia en el Correo Digital, a la cual llegué através de menéame, sólo se me ocurre una pregunta ¿cuál es el objetivo que busca la Osakidetza con esta medida? Si la respuesta es la disminución del número de embarazos no deseados, creo que esta iniciativa, no es la mejor que se podía haber adoptado, ya que esta pastilla, a mi juicio, se usa más de lo que debiera, muchas veces se usa indiscriminadamente, no como una pastilla de emergencia, para casos aislados y puntulaes. Si a esto, le añadimos la gratuidad, lo que se estará construyendo es una generación de jóvenes, cuya educación sexual dejará mucho que desear, en la que probablemente aumenten las enfermedades de transmisión sexual, ya que al ser esta gratuíta, la gente utilizará menos los preservativos.
¿Qué es lo que realmente preocupa a los jóvenes a la hora de mantener relaciones sexuales? Me imagino que el quedarse embarazada, debiera estar entre una de las preocupaciones principales, si sabes que te puedes tomar esa pastilla, que además te la receta un médico que es gratuíto y que por lo tanto no te costará nada…¿es esa la mejor manera de educar sexualmente a la juventud? ¿Es bueno que a un joven que no ha sido previsor, o que a un joven que no ha utilizado un preservativo porque no «disfruta» tanto le estemos enseñando que esa dejadez no tiene un «castigo» de 18 Euros? ¿es eso sexo responsable?
Además discrepo rotudamente de lo de gratuíta, ya que ese dinero saldrá de todos los vascos y vascas, sin tener en cuenta su posición ideológica. A día de hoy tenemos toda la información necesaria y más, tenemos la libertadad de poder hablar y preguntar libremente a pesonal cualificado, como médicos, enfermeras, farmacéuticos y auxiliares, de una manera gratuíta, por lo que quien quiera y desee la práctica del sexo de una manera segura, creo que tiene todo a su alcance para poder realizarlo, por eso, entendiendo además que todo el mundo puede tener despistes, creo que esos «errores» deben de ser pagados por los implicados. En cierto modo, es premiar a los que presentan una peor conducta sexual, eso no es lógico, es premiar al vago de la clase en lugar del buen estudiante.
En todas las encuestas sobre felicidad, el sexo sale en un puesto importante para alcanzarla, sin embargo, personas jóvenes y no tan jóvenes, que presentan algún tipo de disfunción sexual, pagan sus fármacos religiosamente para poder mantener relaciones…¿qué es más justo, subvencionar pastillas poscoitales a los que no han querido tomar las medidas pertinentes o subvencionar las pastillas a los que por una razón patológica no pueden mantener relaciones sexuales?